jueves, 20 de octubre de 2011

¿HACER PLANES O SER ESPONTANEO?



Desde hace algún tiempo participo en algún que otro debate entre personas que defienden la necesidad de hacer planes para disfrutar de su tiempo libre y las personas que prefieren que las experiencias surjan de forma espontánea y sin panificar.

Cuando se hacen planes, el sujeto adopta un plan de acción ante la incongruencia existente entre su estado ideal y su estado actual. Los estados ideales son representaciones mentales que guardamos todas las personas ante todas las situaciones de la vida, como por ejemplo, la situación ideal al comparar un regalo (lo que para nosotros es el regalo perfecto), al hacer una examen (un examen de sobresaliente), al irnos de vacaciones (el viaje de nuestra vida), etc. Cuando nuestra situación en ese momento no coincide con lo que sería nuestra situación ideal, hay incongruencia.

Es en este caso cuando el sujeto intentará pasar a la acción para realizar una serie de acciones que le aporten congruencia entre sus estados ideal y actual. La incongruencia es una generador de energía que impulsa al sujeto a tomar decisiones y actuar. El plan, proporciona la dirección de estas decisiones.

Existen personas que no desean realizar planes. Piensan que es una forma de restar valor a las experiencias que desean vivir. Lo consideran una forma de comportarse artificial o sintética. Pero la realidad es mucho más compleja.

Podríamos compartir una forma de actuar u otra, pero deberíamos hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué sucedería si fuésemos capaces de planificar nuestras experiencias y ser espontáneos al vivirlas?


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