jueves, 22 de abril de 2010

Algo para escuchar

Como diría el dicho: "para gustos colores". Sin embargo, creo que bastantes personas estarán de acuerdo conmigo en que las canciones expuestas más abajo, son probablemente algunas de las mejores para acompañar un momento especial, tranquilo e inolvidable.

Para mí, lo fueron...





martes, 20 de abril de 2010

Volar en globo

Entre las actividades que se realizan en el aire o en nuestra categoría “Cielo”, pasear en globo puede resultar una de las más agradables. Cuando volamos en avioneta o helicóptero, las sensaciones que experimentamos son distintas. Los virajes, los ascensos y descensos, la velocidad, etc. Son condiciones excitantes y llamativas para algunos, sin embargo, otras personas destacan por encima de estas condiciones, la suavidad y el silencio de desplazarse por el cielo en globo.


En globo, el silencio nos envuelve, la frescura del aire nos tranquiliza y nos invita a recorrer con nuestra mirada los paisajes que corren bajo nuestros pies. Reflejarse en un embalse, atravesar nubes sobre las que asomarnos, etc. Son momentos que difícilmente olvidaremos. Son instantes que se recordarán año tras año.

Cualquier experiencia que recordamos con entusiasmo, viene acompañada de la mano por la persona que nos ofreció esa bonita escena.

Un abrazo a todos

jueves, 8 de abril de 2010

Un bonito regalo, un cuento.

Hemos querido dedicar esta publicación a una de nuestras experiencias: “Art of the Muses”.

En relación a la misma, y con la colaboración de nuestro tenor, Néstor, os ofrezco la siguiente propuesta como ejemplo de pieza con la que sorprender, es un aria y su nombre es “Nessun Dorma” (”Nadie duerma”).

Este aria tiene lugar en el acto final de la ópera “Turandot”. Como pequeño resumen de la obra incompleta de Puccini y posteriormente completada por Franco Alfano, decir que la obra narra la historia de la cruel princesa Turandot, que en venganza de una antepasada mancillada, decapita a sus pretendientes si no le responden correctamente a tres adivinanzas.

Un príncipe de misterioso origen, cae completamente cegado ante la belleza de la princesa, de tal forma que decide quedarse allí y, sin escuchar las súplicas de su padre y de la esclava para entrar en razón, decide probar su suerte para conquistar el corazón de la princesa.

Imponiendo su prueba mortal, comienzan las preguntas:

"¿Quién es el fantasma que cada noche nace de nuevo en el hombre y muere cada día?". El príncipe piensa y acierta respondiendo: "la esperanza". Nuevamente ella pregunta: "¿Qué es lo que flamea como una llama y no es fuego, y arde como la fiebre, pero se enfría en la muerte?", siendo la respuesta del príncipe "la sangre".
Finalmente, temblorosa y perdiendo la compostura, formula su tercera pregunta: "¿Qué es lo que quema como el hielo, y cuanto más frío es, más quema?". Al verlo dudar por varios instantes, Turandot ríe de la suerte del concursante. Éste, al observarla directamente a los ojos y contemplar su belleza, se reincorpora triunfante y responde: "Turandot".

Entonces, Turandot clama a su padre por piedad, para que no entregue a su hija en manos de este extranjero, pero el emperador responde dejando claro que su palabra fue dada, y que nada cambiará.

El príncipe, al ver la resistencia de la princesa propone un nuevo acertijo: si ella adivina su nombre antes del alba, él morirá. Ella, naturalmente, acepta la apuesta.

Turandot ordena que den pena de muerte a todo el mundo que sepa el nombre del príncipe y no lo diga. Los guardias recorren las calles entonces, pidiendo que nadie duerma en Pekín. Es en este momento cuando el príncipe canta: Nessun Dorma: (Recomendamos ir leyendo la letra mientras escuchamos el aria)


Il principe ignoto

Nessun dorma! Nessun dorma!
Tu pure, o Principessa,
Nella tua fredda stanza
Guardi le stelle
Che tremano d'amore e di speranza.
Ma il mio mistero è chiuso in me,
Il nome mio nessun saprà!, no, no
Sulla tua bocca lo dirò!...
(Puccini: Quando la luce splenderà!)
Quando la luce splenderà,
(Puccini:No, no, Sulla tua bocca lo dirò)
Ed il mio bacio scioglierà il silenzio
Che ti fa mia!...
Voci di donne
Il nome suo nessun saprà...
E noi dovremo, ahimè, morir, morir!...
Il principe ignoto
Dilegua, o notte!... Tramontate, stelle! Tramontate, stelle!...
All'alba vincerò!
vincerò! vincerò!


El príncipe desconocido

¡Que nadie duerma! ¡Que nadie duerma!
¡También tú, oh Princesa,
en tu fría habitación
miras las estrellas
que tiemblan de amor y de esperanza...!
¡Mas, mi misterio está encerrado en mí!,
¡Mi nombre nadie lo sabrá!. No, no
Sobre tu boca lo diré
(Puccini: Sólo cuando la luz brille)
Cuando la luz brille
(Puccini: ¡No, no, sobre tu boca lo dire!)
¡Y mi beso fulminará el silencio
que te hace mía.!
Voces de mujeres
Su nombre nadie sabrá...
¡Y nosotras, ay, deberemos, morir, morir!
El príncipe desconocido
¡Disípate, oh noche! ¡Tramontad, estrellas! ¡Tramontad, estrellas!
¡Al alba venceré!
¡venceré! ¡venceré!


Wikipedia

viernes, 2 de abril de 2010

¿Eres racional o emocional?

Aunque muchas veces se pasa por alto, no cabe ninguna duda sobre la siguiente afirmación: somos un organismo indisociable, integrado por circuitos reguladores, transmisores, bioquímicos, etc. Por este motivo, cuando se plantea la cuestión a la que hacemos referencia en el título, debemos tener clara una cosa: Nadie es racional o emocional, sino que todos somos racionales y emocionales.

Imaginar, que en nuestro cerebro se encuentran localizadas diferentes zonas, cada una de ellas actúa como un compartimento conectado entre sí con el resto por infinidad de ramificaciones nerviosas transmisoras. En uno de estos compartimentos localizaremos las “emociones”, y en otro las “razones o razonamientos”.

Es inevitable, cuando nos sentimos muy estimulados emocionalmente (el compartimento de las emociones está muy, muy, activo), éste contamina esta actividad al resto de compartimentos por medio de las ramificaciones nerviosas que antes mencionábamos. Es decir, nos cuesta tomar una decisión racional cuando nos sentimos muy “emocionados” y a la inversa, nos cuesta mucho tomar una decisión “pasional” cuando nos sentimos muy convencidos racionalmente.

En el amor, en el trabajo, jugando al póker o pintando un cuadro, da igual, pensaremos y sentiremos tomando decisiones en función de la victoria de una de estas variables.