martes, 18 de mayo de 2010

Descubre las sonrisas verdaderas

Podemos ejercer un control voluntario de nuestros músculos faciales, por tanto podemos inhibir expresiones faciales verdaderas y sustituirlas por expresiones falsas. Hay muchas razones para decidir mostrar una expresión facial falsa. Algunas de ellas son positivas (por ejemplo, fingir una sonrisa para tranquilizar a un amigo preocupado), y algunas negativas (por ejemplo, fingir una sonrisa para ocultar una mentira).

Hay dos formas de distinguir las emociones verdaderas de las falsas. En primer lugar, hay microexpresiones (expresiones faciales breves) de la emoción real que a menudo se manifiestan a la vez que la expresión falsa. Estas microexpresiones duran sólo alrededor de 0,05 segundos, pero con práctica pueden detectarse sin ayuda. En segundo lugar, a menudo existen deferencias sutiles entre las expresiones faciales genuinas y las falsas, que un buen observador con pericia puede detectar.

La diferencia más estudiada entre una expresión facial genuina y una falsa puede distinguirse fijándonos en los dos músculos faciales que se contraen durante las sonrisas genuinas: el orbicular, que rodea el ojo y tira de la piel de las mejillas y la frente hacia el globo ocular, y el cigomático mayor, que tira de las comisuras de los labios hacia arriba. Según Duchenne, el cigomático mayor puede controlarse voluntariamente, mientras el orbicular normalmente sólo se contrae por un placer verdadero.

Como podéis ver en la fotografía, la sonrisa verdadera es la de la derecha.
Por tanto, la inactividad del músculo orbicular del ojo durante la sonrisa descubre al falso amigo, hecho que el lector haría bien en recordar…