sábado, 15 de mayo de 2010

Mantener viva la llama del amor...

Ni la más ardiente pasión sobrevive a su trampa. La monotonía es mortal. Aunque cualquier persona con cierta madurez es capaz de comprender que la rutina es algo que siempre acompaña cualquier relación, también debemos comprender que las sorpresas y experiencias que podemos ofrecer o regalar, ayudan a ver desde otro punto de vista esta realidad. Por esta razón, es importante poner en práctica todos los trucos que sean necesarios para conseguir que la hoguera se convierta en un fuego eterno.

La terapeuta familiar Sherezada Exeni dice que no existe una fórmula mágica y menos una receta milagrosa para que dos personas con costumbres, educación y creencias distintas conserven fresco el amor que les hizo unir sus caminos.
Por eso, recomienda ser creativos y asegura que el único límite es la imaginación. Descuidar a la pareja por las obligaciones de la vida cotidiana, el cansancio o los hijos no es admisible. Mimar a la media naranja debe tener su espacio y mejor si es planificado, señala la especialista.


“Llevamos 10 años de casados y mi esposo nunca ha dejado de mandarme flores en los días que son importantes en nuestra agenda personal”, señala Patricia, una mujer de 38 años.
“El sexo es muy importante en la relación de pareja, es como el termómetro que mide si la relación está bien o no”. En ese ámbito también hay que ser imaginativos. De vez en cuando, uno de los dos debe sorprender al otro y así escapar de la monotonía. Las sorpresas refrescan la relación.

Para despertar la pasión en el otro, el día menos esperado puede convertirse en inolvidable. Las velas, la música, la ropa interior sensual y sugerente; un baño juntos, los masajes y el uso de aceites aromáticos son iniciativas que con seguridad ayudan a la pareja a mantener encendida la llama del amor.
Sin embargo, hay detalles de fondo que no debes perder de vista. Por ejemplo, el trato siempre amable y respetuoso son fundamentales entre dos.


En el libro de ayuda a la pareja El desafío de amar, de Stephen y Alex Kendrick, se lee que la amabilidad es el amor en acción. “Cuando actúas con amabilidad tienes cuidado de cómo tratas a tu cónyuge”, dice. También afirma que una persona amable es agradable y esto hace que las personas quieran estar con uno. Además, se sienten bien tratadas y esto les sube la autoestima.
La amabilidad —según el texto— tiene cuatro ingredientes esenciales: uno es la dulzura, que permite decir algo difícil, pero que es fácil de escuchar. No hiere ni ofende. El segundo es el servicio, es el ser amable y cubrir las necesidades del otro en el momento que lo requiere. La buena disposición es el tercer elemento. “En vez de quejarte y poner excusas, se debe buscar acuerdos y tratar de adaptarse”. Y, finalmente, la iniciativa, “que consiste en ser el primero en sonreír, saludar, servir, perdonar”.
Con esas condiciones es también importante buscar los momentos y espacios adecuados para ponerlos, con más esmero, en práctica. Una buena idea —según Exeni— es que las parejas, salvando las dificultades que confrontan en el hogar en cuanto a tiempos y obligaciones, deben destinar una noche a la semana para hacer algo juntos. “Solos, no con los hijos ni con la familia, ni amigos. Ése es un tiempo para charlar, para hablar de cosas distintas e incluso, si fuera necesario, discutir los temas que estuvieran incomodando a la pareja”.
Si no se planifica un tiempo, con seguridad que pasan los días, las semanas y hasta los meses, y la pareja no hallará el momento para el “encuentro”. Ahí se corre el riesgo de caer en la rutina y el desgaste.

A manera de receta,se menciona la importancia de hacer sentir a la pareja especial y que siempre está presente. Los recursos son simples como una carta, un mensaje, una llamada o regalos pequeños. Puedes incluso escribir una frase en el espejo o en una servilleta.

La presencia de los hijos en la casa no es un justificativo para no realizar cosillas que le pueden agradar a tu pareja. Si te organizas, lograrás hacer todo con éxito. Desde atender a tus pequeños hasta mimarte a ti y a tu pareja. No olvides que el papá y la mamá crían a los hijos para que se vayan de la casa, en algún momento, pero la pareja es para toda la vida”, recuerda Exeni. De ahí la importancia de avivar siempre la llama del amor