jueves, 20 de octubre de 2011

ADICCIONES



Para comprender realmente lo que significa tener o desarrollar una conducta adictiva, debemos resaltar la importancia que juega en estos patrones la motivación. La motivación es la que impulsa, mantiene y consolida las conductas adictivas.

Entendamos adicción como aquellas acciones que tomamos de forma recurrente para satisfacer deseos o necesidades que englobamos dentro de cualidades físicas, como por ejemplo, el consumo de alcohol y drogas. Holden indica lo siguiente: “En lo referente al cerebro una recompensa es una recompensa sin importar si proviene de una sustancia química o de una experiencia.”

De forma similar a las drogas o el alcohol, la ludopatía, las compras compulsivas o la adicción al sexo o la comida presentan problemas de autocontrol. El deseo compulsivo escala dentro de la jerarquía de valores o prioridades del sujeto, desplazando otros objetivos o metas sociales o económicas.

Uno de los descubrimientos más asombrosos ha destapado casos en los que la aparición de estas conductas surge debido a factores congénitos.

Si nos preguntamos ¿Cuáles son los motivos que nos impulsan a la adicción? Estas son las cusas más conocidas:

Inadaptación social: Sociedad injusta ante la cual revelarse, lugar que ocupamos en la sociedad, gusto por lo prohibido, la pertenencia a un grupo, etc.

Búsqueda de placer: Probar lo nuevo, búsqueda de nuevas experiencias y sensaciones placenteras

Problemas físicos: Dolores crónicos, enfermedades graves, problemas emocionales de ansiedad o estrés.

Aunque hoy en día sobre todo en nuestra sociedad occidental todos somos un poco adictos, no debemos olvidar tomar decisiones en base a un razonamiento sensato y de acuerdo a nuestros valores principales. Cualquier vivencia debe desarrollarse dentro de unos márgenes razonables, el exceso nunca es beneficioso.

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